miércoles, 24 de febrero de 2010

[...]

No me enamoro de las personas por cómo son físicamente. Tampoco por sus circunstancias. Ni porque sean de un sitio u otro.

Me enamoro de las personas que me valoran. De las personas misteriosas, cuya alma me parece todo un reto descubrir. De las personas que me sonríen. De las personas que me enloquece como son interiormente. De las personas cuyos ojos y no el resto del cuerpo, son preciosos. De las personas que, al tocarlas, mi corazón late más deprisa. De las personas como yo, distintas.

Cuando sueño con rozar unos labios, es por lo que dicen esos labios. Y no por la forma que tengan.

Mucha gente jurará que hace lo mismo...pero pocos se enamoran así, como hago yo.

Sólo ahora me doy cuenta, hasta que punto son esas palabras ciertas.

2 Comments:

Genrou said...

Permíteme que te prometa (ya que no me gusta jurar) que a mí me ocurre lo mismo; ya si me crees o no, es cosa tuya.

Besos ^^

Luna said...

Te creo, supongo que las personas que piensan asi no son tan escasas como creo yo =)