Nana

Apenas recuerdo el día en que te conocí. No tengo muchos recuerdos de esa época. Sí que recuerdo el día que te conocí de verdad.

Andaba riendo, perdida con mi amiga, en mi mundo. Tú caminabas a mi lado con mi otra amiga, C, pero entonces eso no significaba nada para mí, al menos en aquel momento. Y esa palabra. Dije esa palabra y tú me miraste y me dijiste: "¿Te gusta?" Yo te miré pasmada, porque jamás habría imaginado que te gustaba A TÍ. Estaba acostumbrada a que la gente no me entendiense. Encontré en tí un extraño aliado.


"Sí, mucho. Es mi manga favorito" susurré, aún perpleja.
"¿Sabes? Yo dibujo manga. Y también me gusta" me sonreiste. Aún no me había dado cuenta de lo bonita que era tu sonrisa.

Que extraña coincidencia. Realmente, hay mucha gente en el mundo a la que le gusta el manga. Pero precisamente tú...

Pero, ¿sabes una cosa? La clave nunca ha sido el manga. Ni el rock. Ni Perdidos. Ni anécdotas graciosas. Ni Lovato. Tampoco películas o canciones. Ni ninguna de las cosas de las que solemos hablar.

La clave ha sido que me hablaste cuando no tenías por qué hacerlo. Que te esforzaste en conocer a esa chica que vivía y vive aún en su propio mundo, un mundo que te gustó. Que te reías conmigo. Que me sonreías cada vez que me veías. Que pasabas y siempre me decías: "Hola Luna". No "Hola" y ya, como el resto de las personas, sino "Hola Luna" Eres el único que lo hace. Y siempre me pareció especial. Que me abrías tu alma y me contabas secretos, que confiabas en mí. Que cuando tocabas música, sólo quería permanecer a tu lado oyéndote para siempre y nada parecía tan importante como tu rostro concentrado en cada cuerda, en cada tecla. Amas lo que haces, cada nota la haces tuya. Que eres un artista. Que te diste cuenta de como era yo, de que soy diferente. Que te gustó...mi sonrisa. Que tú mismo eres misterioso, diferente, sonriente, divertido, extraño, cariñoso a veces. Esas siempre han sido las claves. Siempre.

Me preguntó que habría pasado si aquel día de Octubre no hubiera dicho esa palabra. Nada, en realidad. Más tarde, pero te habría conocido igual. Siempre estabas con C, habríamos acabado hablando. Pero me parece cómico que un manga así, tan culebrón, nos uniera aquella mañana.

Todo empezó a cambiar ese día.

Siempre me pareció que esa palabra era muy bonita.
Un canto para los niños.
Siete, en japonés.
El manga de la historia de dos chicas muy diferentes pero a la vez tan iguales...
Como nosotros.
Seguramente nuestra historia sería digna de Ai Yazawa.

Tú mismo sabes tocar una con el piano.
Una nana.